La pérdida de audición es una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Pero, ¿a qué edad suele empezar a surgir este problema? Profundicemos en el análisis de los expertos para entender cuándo tiende a comenzar la pérdida auditiva en función de la edad.
Infancia y Primera Infancia
Si bien la pérdida de audición puede ocurrir a cualquier edad, es relativamente rara en bebés y niños pequeños. Sin embargo, la pérdida auditiva congénita, presente desde el nacimiento, puede afectar a un pequeño porcentaje de recién nacidos. Los exámenes auditivos periódicos son esenciales durante la infancia para detectar cualquier problema potencial desde el principio.
Adolescencia y juventud
Durante la adolescencia y la edad adulta temprana, la pérdida auditiva no es tan frecuente como en los grupos de mayor edad. Sin embargo, la exposición a ruidos fuertes, como conciertos o auriculares a alto volumen, puede contribuir a la aparición temprana de daño auditivo. Es fundamental que los jóvenes protejan su audición para evitar problemas futuros.
Mediana edad
A medida que las personas entran en la mediana edad, generalmente entre los 45 y los 65 años, aumenta la probabilidad de experimentar pérdida auditiva. La pérdida de audición relacionada con la edad, conocida como presbiacusia, es una ocurrencia común durante esta etapa de la vida. Es fundamental controlar la salud auditiva y buscar ayuda profesional si se nota algún cambio.
Adultos mayores
Cuando las personas llegan a la edad adulta, alrededor de los 65 años o más, la pérdida auditiva es aún más frecuente. El proceso natural de envejecimiento, combinado con toda una vida de exposición al ruido, puede afectar significativamente la capacidad auditiva. Las pruebas de audición periódicas y el uso de audífonos pueden ayudar a controlar eficazmente la pérdida auditiva relacionada con la edad.
Comprender cuándo comienza típicamente la pérdida auditiva según la edad puede ayudar a las personas a tomar medidas proactivas para proteger su salud auditiva. Ya sea mediante exámenes de detección periódicos, protección contra el ruido o la búsqueda de tratamiento cuando sea necesario, ser consciente de la posible aparición de pérdida auditiva puede marcar una diferencia significativa en el mantenimiento del bienestar general.